La Noche de las Bestias
Esta ficción que nos llegó este año en formato de cine, está basada en varios relatos, como “The Lottery” de Shirley Jackson de 1948, que traía una formula mágica y fantástica para obtener una buena cosecha, lapidar una persona al año, elegida al azar entre todos los vecinos; o el mítico relato de Richard Connell “The most dangerous game”, de 1924, donde nos relata la aburrida vida de un cazador cansado de cazar animales, que decide cazar personas, este relato periodístico, es posiblemente la fantasía depravada más llevada al cine, a la televisión y a la vida real, de todos los tiempos, después de su publicación en el magazine estadounidense Collier’s Weekly.
En la película, estrenada a mediados de este año, podemos ver una formula mágica para terminar con la violencia diaria, la fórmula es simple, cambiar 365 días de violencia por un día de anarquía legal.
¿Compensaría el tener un día de anarquía, a la violencia diaria?
Quizás la sensación más fuerte de esta película no sea la denominada “purga” como tal, realmente seriamos capaces de convivir el resto del año, el resto de tu vida con quienes sabes que han matado, torturado, violado, descuartizado, etc. Seria tu vida normal, mirarías a tus hijos igual.
La verdad, nuestra realidad tampoco es tan diferente, entre nosotros, en Mazarrón hay bestias que han violado y asesinado, bestias que han dejado abandonados a su suerte, bestias que ven a alguien tirado en la calle y pasan a su lado sin mirarlo, bestias que violan menores, betias que maltratan a sus parejas y a sus hijos, y todas estas bestias siguen viviendo entre nosotros ocultos, posiblemente ya estén casados, tengan hijos e hijas pequeñas, madres y padres ancianos, son capaces de mirarlas y mirarlos a los ojos todos los días.
No sienten el más mínimo remordimiento de la niña que violaron brutalmente y que luego asesinaron pasándole el coche por encima, al menos en dos ocasiones. No sienten remordimientos por el hombre que dejaron abandonado a su suerte y que desapareció. No sienten remordimientos por no haber ayudado a aquel hombre que yacía en el suelo y que tuvo que llevarse la ambulancia. No sienten remordimientos por arrollar a alguien con el coche y darse a la fuga. No sienten remordimientos por haber matado a alguien por conducir ebrios. No sienten remordimientos por pegar a su mujer y a sus hijos. No siente remordimientos por dejar a su bebe dentro del coche cerrado, en el mes de agosto, mientras ella se bebe una cerveza en el bar de la esquina. No sienten remordimientos por abandonar a sus hijos en la orilla de la playa mientras ellos visitan el chiringuito con sus amigos. No siente remordimientos por utilizar el carricoche con su hijo dentro, como escudo para que paren los coches en un paso de peatones, etc.
Ellos y ellas viven entre nosotros, hoy, en nuestro pueblo, en Mazarrón y son bestias, quizás sean tu vecino o tu vecina, tu compañero o compañera de trabajo, tu mejor amigo o tu inseparable amiga, quizás el más beato o beata, el impoluto o la llena de gracia, su apariencia de cordero solo esconde su depravada alma.
Todos los días persigna su alma para protegerse de sus demonios, saliendo a la calle a pisar cabezas, porque la bestia no se reconoce en un espejo, no lleva tatuado un número, la bestia generalmente se cree el mejor de los corderos.
¿Eres tú, bestia o solo un cordero que se revuelve?
Vivimos en una sociedad de bestias, retadas a no serlo, pero que vende disfraces de lobos para corderos. ¡Hágase uno a medida y no tendrá que agachar la cabeza!
